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El misterio de los Canquerrique. Escultores precolombinos de bolas de piedra en Costa Rica.


  La desconocida cultura que se obsesionó con la geometría esférica

Del mismo autor: 

 
Figura 1. Entrada del Museo Nacional de Costa Rica.
La primera pieza arqueológica que se observa al entrar al Museo es una escultura precolombina dentro de la sala esférica.
    



 


Figura 2: Foto de Doris Zemurray de Stone (1909-1994).
Fue pionera como arqueóloga en el estudio de las cuasi-esferas. La sala principal del Museo Nacional lleva su nombre.

Figura 3. Monumentales esferas de piedra encontradas en la zona bananera del pacífico sur.
Foto de D.S.Z (Doris Stone Zemurray) cerca de 1945.


Figura 4. Aún se descubren esculturas de piedra.
En la imagen una nueva escultura encontrada en julio del 2021.






Figura 5. Aún se extraen "bolas" que adornan casas particulares.
En la foto se extrae una bola muy conocida de el centro de Alajuela. Durante los años 70 se extrajeron muchas bolas del sur de Costa Rica para decoración de jardines. Muchas casas en el Paseo Colón las exhibieron durante décadas. La declaratoria de las bolas como patrimonio de la Humanidad obliga a las autoridades del Museo Nacional a realizar extracciones como la mostrada y que ocurrió en noviembre del 2021. Debe teneree en cuenta que no cualquier esfera es auténtica pues existen muchas réplicas de cemento y solo el ojo experto las diferencia.

Figura 6. Extracción final de noviembre del 2021 cerca del parque de Alajuela.

Las bolas de Costa Rica son esculturas fechadas entre el 500 A.C al 1500 D.C que han sido encontradas en la región sureste del pacífico, llamada delta del Diquís, al lado del río Térraba y las montañas de la Fila Grisera. Llamaremos "CANQUERRIQUE" a la cultura que las esculpió porque CAN significa piedra en en el lenguaje indígena boruca y el sufijo _querrique es de origen indio huetar. Este es un punto de vista muy particular del autor de este trabajo para enfatizar el hecho de que en realidad no se conoce quienes fueron los escultores. La gente nativa que encontraron los europeos por los años 1500 a 1600, no fueron los escultores (como los pueblos Bruncas, Cabécar, Cotos, Turucacas, etc) según piensa el autor de este trabajo. El pueblo Canquerrique alcanzó su punto máximo cuando dominaron el delta del diquís y sus alrededores. Llegaron hasta las montañas de Talamanca y la isla del Caño. Entonces, de una forma rápida o lenta decayeron hasta su desaparición alrededor del año 800 D.C. Las inundaciones continuas en el delta del río Térraba enterraron los restos de la civilización Canquerrique y su memoria. Después, nuevos pueblos llegaron y se establecieron en la región.

El tema de la cultura canquerrique me empezó a apasionar en el 2018 y es uno de mis misterios preferidos. He tratado de sacarle provecho a las investigaciones, documentación y a un trabajo de campo que realicé sobre la esfericidad de las bolas. A continuación, algunas de mis conclusiones.

Figura 7. Dos esculturas extraídas del pueblo Pilas por  monseñor  Bernardo A. Thiel en 1892. 
El búho o tecolote y una danta. Más tarde Anastasio Alfaro lo vinculará con la muerte como se muestra en el guerrero con la cabeza trofeo.
   

Figura 8. Esferas en un campo de golf (aunque no lo pueda creer).
A principios de 1974, según relató un trabajador de la UFCO (Clyde Stephens¹³), dos de las más hermosas esculturas que han sido descubiertas hasta ahora fueron desenterradas por un comerciante en Finca 6 (según la antigua nomenclatura). Este inicialmente las habría intentado comprar por 20 000 colones pero tras una fallida negociación las hurtó tras desenterrarlas. Afortunadamente el camión que las llevaba se dañó en la subida del Cerro de la Muerte y un motociclista que los auxilió, los descubrió y los delató .Luego de este hecho las esferas fueron devueltas y exhibidas en el campo de golf de la mamita yunai en Palmar Sur, como se muestra en la foto tomadas por Clyde Stephens. En noviembre de 1980, estas esferas iban a ser colocadas en la Plaza de la Cultura, lo cual  desde mi punto de vista hubiera sido bueno para el deleite del pueblo de Costa Rica. Sin embargo los lugareños (estudiantes) se opusieron, bloquearon la carretera y actualmente solo pueden ser observadas visitando el Colegio de Palmar Sur, donde la visitación es muy escasa (lástima grande). Estas preciosas esculturas son casi-esferas de 2 m diámetro y son ambas gemelas en tamaño, aunque una muestra un mayor pulimento. Las esferas con tamaños cercanos a dos metros son muy escasas. Stone muestra una en la Figura 1 y también llama la atención la que encontró el arqueólogo Stirling en 1964.


 No, las esferas no son borucas sino de los Canquerriques


No hay prueba alguna, además del hecho de que los Borucas o Bruncas se asentaron en el territorio de los antiguos canquerriques. Ninguna leyenda oral o memoria relaciona los borucas con los hacedores de las bolas. También debo aceptar que cada día que pasa los borucas pierden más sus memorias e identidad. No hay claridad si los Borucas y los canquerrique ocuparon el mismo espacio-tiempo. Se conoce el espíritu guerrero de los Borucas pero no una vocación artística como escultores. A lo mejor los borucas y canquerriques lucharon entre sí en el caso de que coincidieran en el tiempo.  Sería irónico entonces darlos como herederos ahora.
Figura 9. Exposición de Jiménez Deredia.
 Inspirada en las esferas precolombinas la exposición "La Fuerza y la Universalidad de la esfera"  tuvo por escenarios las calles de San José, Costa Rica, el primer semestre del 2019
Monseñor Thiel⁹ visitó varias veces el poblado boruca alrededor del año 1892 en sus giras evangelizadoras. En una de esas visitas entró por el Térraba antes de entrañarse en la sierra Talamanqueña. En esa visita llegó a Palmar norte muy cerca de las esferas y de otras esculturas antropomórficas de los canquerrique. Llama la atención que luego se adentró al pueblo de las Pilas (unos kilómetros al noroeste de Palmar Norte) donde extrajo varias esculturas de piedra. Dentro de ellas, el famoso búho con una cabeza humana invertida en su pico. Quizás dentro de todas las esculturas que observó esta fue la que más le llamó la atención. Él la relacionó con la creación del hombre. Thiel presentó parte de su colección en Madrid en 1892 (exposición histórica-americana): 17 objetos de oro, objetos de cerámica y piedra. El famoso búho o tecolote con 0.85 cm de altura fue descrito como "símbolo de la creación, que tiene en el pico el primer hombre y lo coloca sobre la redondez de la Tierra". Anastasio Alfaro, que por ese entonces era director del Museo Nacional (recién fundado), más tarde no estará de acuerdo con la interpretación de Thiel. Lo cierto del caso es que Thiel exploró el territorio antiguo de los canquerrique y extrajo esculturas de las Pilas. Además, mantuvo un contacto estrecho con los boruca. Monseñor Thiel nunca mencionó a los Borucas como los autores de las esculturas sino las atribuye a "los antiguos indígenas". Lo mismo pasa con la etnóloga estadunidense Doris Zemurray Stone (D.Z.S) quien estudia con detalle a los borucas y escribe un libro⁴ en 1948 sin poder decirnos a ciencia cierta su origen. Ella no vincula a los borucas con las esferas de piedra que ella había investigado y descubierto previamente. D.Z.S cita a Lehmann (1920, en "A preliminary investigation of the flood plain of the Río Grande del Térraba, Costa Rica") quien piensa que los borucas provienen de varios pueblos que se asentaron en la región como fueron los Quepos, Cotos, Turucacas y Borucac. D.Z.S. cita también a Peralta quien opina que los borucas provienen de los Cotos (enemigos de los Quepos). No encuentro ninguna relación entre estos pueblos y los asentamientos antiguos de los canquerrique. La única relación fue el espacio físico en común que ocuparon. Por ahora, pienso que los canquerrique desaparecieron incluso antes de todos esos pueblos que ya eran mencionados por los europeos. Al menos esa es mi opinión personal: los Canquerrique no tuvieron herederos culturales.

Sí, si existen esferas encontradas en la región huetar

Muchos creen que no hay esferas huetares o encontradas en la región que ocuparon los huetares (lo cual es muy diferente). Las primeras esferas o bolas que fueron reportadas oficialmente corresponden a la colección arqueológica de Troyo, encontradas en la Necrópolis de Aguacaliente de Cartago. El hecho que fueron encontradas en una zona huetar no significa que fueran esculpidas por los huetares o que pertenecieron a este pueblo. Podrían haber pertenecido a otra cultura y esta pudo haberlas obtenido por intercambio con los canquerrique.

Hace poco yo pensaba que las bolas eran una exclusividad del suroeste costarrricense, donde se han encontrado muchas (300 a 400) de muchos tamaños (de unos 20 cm y hasta 2.66 m) y básicamente hechas de material volcánico (y algunas pocas de arenisca o caliza). Resulta, como he mencionado que el arzobispo Thiel visitó esta zona pero no menciona en específico las esferas, solo las esculturas que ya hemos descrito anteriormente. Consta que Thiel remontó el Térraba partiendo del Pozo (ciudad Cortés hoy) hasta Palmar Norte y el pueblo de las Pilas. Igual pasó con los españoles Dávila o Coronado primeros visitantes en el siglo XVI y que no mencionan haber visto las esferas.

La primera vez que se mencionan las esferas de piedra fue en la primera exhibición nacional que tuvo lugar en 1886 (del 15 de septiembre al 3 de octubre). Cerca de 40 000 costarricenses observaron 3 esferas grandes y algunas pequeñas, pertenecientes a la colección de Juan Ramón Rojas Troyo (JRT). La mayoría de la colección de JRT provenía de su beneficio de café en Aguacaliente de Cartago. Una zona considera como huetar. En su beneficio de café había encontrado una necrópolis indígena. JRT había obtenido algunas piezas de Guayabo. El origen de estas esferas lo explica JRT en una carta enviada al naturalista alemán H. Polakowsky¹. Este último se había interesado en la arqueología de Costa Rica a través del arzobispo Thiel. Por ese entonces, europeos como el naturalista alemán Polakowsky, consideraba de poca importancia la herencia precolombina en Costa Rica. Rojas Troyo, le confirma que las esferas las encontró en a Aguacaliente. Un total de 9 bolas con un máximo de peso de 25 lb (es decir 11 kg y un diámetro de 20 cm máximo). Como las bolas fueron encontradas en un espacio vacío, tipo patio. JRT pensó que eran utilizadas para algún tipo de juego, pero a la vez reconoce que dado su peso era muy difícil de moverlas. Estas bolas fueron expuestas también en la exposición de Madrid de 1892. Fueron descritas allí como matemáticamente esféricas. Es decir, fueron consideradas esferas perfectas. También JRT opina que los escultores de las esferas fueron los antiguos indígenas que habitaron Aguacaliente antes de los Huetares. Los Huetares fueron el pueblo que encontraron en esa región cuando llegaron los españoles. La necrópolis de aguacaliente forma un eje cultural que yo llamo aguacaliente-mercedes-guayabo (AC-M-G). De nuevo también opino que los constructores de este eje precolombino, uno de los más importes, sino el más importante de Costa Rica también desapareció previo a la llegada de los Huetares. Es decir, las esferas son huetares en el sentido de que fueron encontradas en la zona Huetar, pero no son de ellos.

La colección de JRT tenía entonces esferas pequeñas de Aguacaliente de Cartago y corresponden a ese eje precolombino aguacaliente-mercedes-guayabo. JRT dona su colección al Museo Nacional de Costa Rica que fue fundado 1887 y en el catálogo se establece que son de la colección Troyo y el origen es Aguacaliente de Cartago.
Figura 10. Esfera encontrada en Agua Caliente de Cartago por Rojas Troyo.
 Ficha del Museo Nacional.



Estas esferas son pequeñas, pero acá habría que preguntarse si existió un vínculo entre el eje AC-M-G y la cultura de Canquerrique. Ambas son contemporáneas y es probable que alrededor del 800 A.C tuvieron su pico de civilización y a partir de ahí su decaimiento lento o abrupto hasta su desaparición. Luego llegaron a la zona central y a la atlántica del país los indios huetares y en la región Canquerrique los Cotos, Qepos Borucac, Turucacas, etc.

Riesgoso aplicar el término "esferas in situ"


El término in situ lo utilizan los arqueólogos para designar esferas que se han encontrado en su lugar original, es decir, donde el escultor las colocó. Lo han aplicado a esferas que se han encontradas enterradas o semi-enterradas. Por ejemplo, alrededor de 1990, el arqueólogo Claude Baudez encontró en finca 6 varias esferas semi-enterradas. En 1993 y luego en el 2005, Badilla encontró dos esferas a ambos lados de una rampa. Finca 6 ha sido declarada patrimonio mundial. Las esferas de piedra fueron creadas durante un periodo muy largo de tiempo (un milenio y quizás más). Por tanto, estas esculturas pasaron de generación a generación y es posible que fueran movidas una y otra vez del lugar donde el escultor las colocó.

El lugar original se puede referir al lugar donde el escultor la colocó para el primer usuario o donde su último usuario la colocó. En algunos casos debió haber múltiples usuarios y diferentes usos.

Por ejemplo, la esfera más grande conocida es patrimonio mundial y mide 2.66 m. Debido a su tamaño y a la dificultad de moverla es posible que se encuentre in situ como primer usuario, mientras que las esferas de Finca 6 podrían ser de un primer o último usuario. El hecho de encontrarlas semi-enterradas no significa que se encuentran in situ. Doris Zemurray Stone⁵ indica que de las muchas esferas que encontró dos se encontraban sobre un soporte (no dice cuales ni donde). En mi opinión existe una mayor probabilidad de encontrar esferas in situ si han sido encontradas con un soporte y enterradas. Fuera de ello no se sabe lo que ocurrió durante un periodo de años que podrían ser siglos. Son muy pocas las esferas reportadas in situ. Algunas por Doris Zemurray, otras por Samuel Lothrop, Baudez y Badilla. ¿Cuáles son de un primer usuario, último o simplemente fueron movidas antes de ser enterradas por las crecidas del Térraba?

La configuración real (a escala) de seis esferas publicada por el arqueólo S.K. Lothrop en 1955 y 1963 ⁶ ʸ ⁷

  

Figura 11. El parque de las esferas de la UFCO (cerca de 1948).
Estas esferas en una configuración triangular fueron desenterradas por la UFCO en Finca 4, sector 36. Dos de ellas de 1.96 m.

 
Samuel Lothrop investigó el delta del diquís en 1948, donde encontró esferas in situ (según la definición tradicional). En particular, una configuración de seis esferas agrupadas en dos triádas. Tres de las esferas se encontraban alineadas hacia el norte. Lothrop midió el tamaño de las esferas, las distancias y los ángulos entre sí. En 1955, su esposa Eleanor Bachman⁶, publica en Natural History un trabajo llamado "Mystery of the Prehistoric Stone Balls". Ella nos relata sus impresiones en Costa Rica desde el punto de vista del no científico sobre la expedición de su esposo en el diquís. Allí, publica el diagrama de las seis esferas. Más tarde, en un trabajo científico largo y detallado, Lothrop publica el mismo diagrama con una pequeña variación (me refiero a sus líneas cortadas en la primera publicación y las líneas punteadas en la segunda), en su conocido trabajo "Arqueología del Diquís" de 1963⁷. Este diagrama ha llamado mucho la atención y es muy conocido porque ha sido la base de muchas teorías sobre el significado de las esferas canquerrique. El Museo Nacional de Costa Rica tiene este diagrama en el jardín de las esferas precolombinas y en su sitio web desarrolló un logo basado en éste. 

El principal problema del diagrama es que no se encuentra a escala. El tamaño de las esferas y los ángulos entre sí están en escala, no así las distancias. Lothrop en la publicación de su esposa de 1955 lo indica claramente pues las líneas entre las tres esferas que apuntan al norte, se encuentran cortadas (ver el primer diagrama de la siguiente figura). Aun así debió cortar más líneas. Luego, en "Arqueología del Diquís", lo indica de una forma más sutil, punteando las líneas (segundo dibujo). Esto indica que la distancia entre las dos triadas y entre las esferas de la tríada norte no están a la escala. Comparando las distancias en una fotografía de la tríada sur, la distancia entre las esferas no estaría a escala tampoco (y esto no se indica). En el tercer diagrama muestro como debió ser presentado el diagrama a escala, en la siguiente figura:
Figura 12.  Diagrama real de la configuración de 6 esferas.
Comparación del diagrama de dos tríadas de esferas a escala con los publicados por Bachman y Lothrop.
 
En el siguiente video se muestra el proceso para elaborar el diagrama correcto: 
Es importante mencionar que en el diagrama que reproduce el Museo Nacional de Costa Rica han olvidado puntear las líneas. El diagrama real da la impresión de que las dos tríadas se encuentran menos conectadas y que las esferas de la triáda sur se encuentran muy próximas (amontonadas simplemente). Un diagrama a escala es menos interesante en mi opinión que el presentado por Lothrop. Tampoco hay pruebas de que estas esferas estuvieran in situ. El hecho de haber sido encontradas semi-enterradas no lo es como lo he dicho antes (Lothrop desenterró la tríada sur pero la norte la compañía bananera). No hay evidencia de soportes o bases en esta configuración. Lothrop no reporta ningún resto cercano a estas esferas. Es probable que las esferas de la tríada sur que son pequeñas fueran movidas alguna vez. Dos cosas sí parecieran significativas: el alineamiento norte de tres esferas y el hecho de que dos esferas de la tríada norte son gemelas y de un tamaño importante de 2 m.

Sí, si existieron las esferas funerarias²

Transcurría el año de 1939 y en los primeros meses Jorge Lines y Conchita Turnbull² visitan el pacífico sur. El objetivo era visitar los cementerios indios pertenecientes a las zonas donde la compañía bananera iba a comenzar la siembra. Jorge Lines, de origen catalán, fue el primer profesor de arqueología en Costa Rica. Dictaba la cátedra de antropología en la Facultad de Letras de la Universidad de Costa Rica. Conchita provenía de Honduras y era la esposa del manager de la compañía bananera en ese país. Se había aficionado a la arqueología debido a la influencia de Doris Stone. Ambas investigaron las ruinas del valle de Sulá-Ulúa. Es probable que Conchita le hablara de esta expedición y todo lo que había observado en Costa Rica a Doris Zemurray Stone. Poco tiempo después esta última será pionera en la arqueología del Pacífico sur costarricense. La expedición Turnbull-Lines siguió el siguiente itinerario:

Parrita (río Pirrís, 25-01-39, descubre que es zona huetar y no brunca)→Isla del caño →Pozo Sur (cuenca del Térraba)→Balzar→Corrión→Palmar

Realizan las siguientes observaciones en la Isla del Caño:
1-Como en la mayoría de los casos, la isla ya había sido huaqueada.
2-El estilo de los objetos encontrados es Canquerrique (él lo llama Brunca). Encuentra fragmentos de cerámica, metates (jaguar), ídolos antropomórficos y esferas esparcidas sobre la isla (dice Lines que son atribuídas a los Bruncas).
3-Encuentran esferas en tumbas a una profundidad de 1 m, con diámetros de 10 cm a 70 cm. Como el material de la esferas era basalto, Lines sugiere el transporte de esas esferas desde el continente.
En la cuenca del térraba:
1-Encuentra hasta 70 metates del tipo cabeza de jaguar.
2-Las esferas se encuentran a ambas márgenes del Térraba entre el bosque y se observan diámetros de hasta 2 m (mayores a los de la Isla Caño).
Lines sugiere que las esferas sirven como marcadores de lugares muy importantes.

La segunda vez que se mencionan esferas funerarias fue en "Arqueología del Diquís" por parte de Lothrop. Allí, el arqueólogo hace referencia a un acontecimiento sucedido a mediados del año 1956, 8 años después de haber terminado sus excavaciones. En esa fecha ocurre una gran inundación en el delta, que abre la posibilidad del descubrimiento de tres tumbas. Probablemente, el más sorprendido por este descubrimiento fue el mismo Lothrop pues las tumbas fueron encontradas en la Finca 4, sector 23, donde el arqueólogo investigó intensamente. Lothrop estuvo a metros de encontrar esas tumbas, que por el contenido descrito hubiera sido uno de los acontecimientos más importantes en la arqueología nacional. Carlos Balser le envía fotos de los objetos de oro encontrados y es probable, aunque Lothrop no lo menciona que él fuera quien le describió las tumbas. Este acontecimiento permaneció bajo el anonimato pues la compañía bananera se apropió de los objetos y estos fueron vendidos al Museo de Oro costarricense. Solo Lothrop en "Arqueología del Diquís"⁷ describe los objetos encontrados. Se trata de  una descripción de una fuente anónima la que tenemos de estas tumbas. Testimonio dudoso a pesar de haber sido incluido por Lothrop en su famoso tratado sobre la cultura del Diquís. Se describen 2 tumbas grandes cercanas y una pequeña a 10 m. Se encontraron cerámica, metates, cerca de 100 objetos de oro, además de dos esferas funerarias de 25 cm y 60 cm de diámetro a una profundidad que podrían ser unos 2 m. El hecho de haber sido huaqueadas las tumbas y que no fueron documentadas, sin duda ha sido una pérdida muy grande para la arqueología nacional. ¿Qué hubiera pasado si Lothrop las hubiera encontrado, cuando estuvo a metros del lugar?

Si no fuera por el hecho de la descripción de Lines en Isla Caño, la versión de los huaqueros en Finca 4 es ciertamente dudosa sobre las esferas funerarias.

El centro de poder de Finca 4 y sector 23 (F4S23) y su tesoro

Lothrop investigó intensamente la Finca 4 y en particular el sector 23 (F4S23). Esta nomenclatura fue establecida por la compañía bananera y fue utilizada por Lothrop para reseñar los lugares que investigó en 1948 (hoy esta nomenclatura fue variada y genera confusión, por ejemplo, la Finca 4 es la 2 y algunos la llaman F2,4). Hoy este lugar se llama finca Chánguina. Como se ha dicho, el arqueólogo de Harvard estuvo a metros de encontrar las tumbas que luego en 1956 fueron huaqueadas. Encontró basureros de cerámica (un lugar donde los indígenas enterraban la cerámica quebrada), montículos de tierra con paredes construidas con piedras de ríos (llamadas cantos rodados y donde se piensa nuestros antepasados construían el resto de la vivienda con madera y en forma cónica) esculturas estilo encapsulado de ídolos (brazos y pies no salen de la piedra) o animales, metates y esferas. No reporta haber encontrado objetos metálicos.

Figura 13. Centro de poder Canquerrique. 
Recreación de una tumba por  parte del Museo de Costa Rica (ya no está en exposición) y  ubicación de las tumbas  aproximada. Observe la esfera dentro de la tumba a la derecha.
 
En la Fig. 12 se muestran las estructuras encontradas por Lothrop (1948) y luego por el Museo Nacional en 1996 por el arqueólogo nacional Adrián Badilla. Este último encuentra estructuras que habían sido pasadas por alto por Lothrop, como es la rampa que se muestra y las esferas al lado de ella. El Museo Nacional llama a esta expedición "Rescate Arqueológico". La razón de esto se debe a que la arqueóloga Ifigenia Quintanilla⁸ observa en 1996 como estaban destruyendo los restos de la finca 4 (ya con el nombre de Chánguina) para continuar con la siembra del banano. Habían construido un heliopuerto sobre un montículo indígena y estaban apilando los cantos rodados que habían sido la base de las casas canquerrique. Entonces interviene el museo y realiza la última expedición para ver que pueden rescatar, peinando la zona (aprox. un rectángulo de 400×750 m =0.3 km²). La F4S23 continúa siendo rica en restos arqueológicos y llama la atención que encuentran una hojuela de oro (de 3 mm) al sureste del sector 36 (donde se ubican las tríadas mencionadas de 6 esferas). Muchos de los montículos reportados por Lothrop fueron destruidos completamente en 1992. La Finca 4, sectores 23 y 36, hasta ahora es una de las zonas del delta del Diquís con más restos arqueológicos. Sin embargo, no formó parte de las regiones decretadas como patrimonio arqueológico.

En 1948, Lothrop observa algunas muestras de oro. Entre ellas una figura antropomórfica y un disco encontrados por Venecio Mora:
Figura 14. Muestra de oro observada por Lothrop en 1948.

Durante su estadía en la zona bananera sur, le cuentan a Lothrop la anécdota de la olla de oro. Un trabajador de la compañía encontró como lo dice el nombre una olla o vasija llena de oro, cuando la rompió al pasar con un tractor. Lorthrop revisa este lugar pero no encuentra oro. Es claro que Lothrop le interesaba el metal. Él cuenta como en las noches, los sitios excavados por él eran huaqueados. En 1956, se cuenta que el descubrimiento de las tres tumbas causó un tumulto de gente en la zona que llegó a huaquear y hubo incluso un muerto.

No queda claro si Carlos Balser fue el informante de Lothrop que describió los objetos contenidos en las tumbas descritas en "Arqueología del Diquís". Solamente facilita las fotos para que Lothrop realice el análisis de ellas de los objetos de oro. Carlos Balser fue un arqueólogo aficionado, coleccionista, escritor de arqueología, de profesión hotelero (gerente del hotel Costa Rica y dueño del hotel Don Carlos en Barrio Amón), fundador del Club de Leones en Costa Rica y miembro de la directiva del Museo Nacional. Fue amigo de muchos arqueólogos que visitaron a Costa Rica. Tuvo una gran amistad con Doris Stone y claro con Lotrop. Dona su colección de jade al museo de jade del Instituto Nacional.

Es difícil confiar en el relato de las tumbas del sector 23, anónimo y transcrito por personas que vendieron objetos sin tener el derecho de hacerlo. El relato de los objetos de oro indica lo siguiente (según Lothrop publica⁷):

Tumba 1: Grande (¿medidas?) 1 metate, 1 esferas de 25 cm de diámetro, restos de cerámica (nada especial pero parece haber monocromática y bicromática ) y una cantidad de objetos de oro desconocidos hasta ahora (¿cuántos?).

Tumba 2: Grande (¿medidas?) 1 metate, 1 esfera de 60 cm de diámetros, restos de cerámica (nada especial mono y bicromática), y objeto grande de cerámica y dos pequeños aparentemente intactos. Una cantidad enorme y sorprendente de objetos de oro que llegarían a 88.

Tumba 3. Pequeña (¿medidas?). Se encontraba a 10 m de las tumbas grandes. Ninguna descripción de ella. ¿Había oro? ¿esferas?

La descripción anónima de las tumbas es incompleta y no se conoce con detalle el número de objetos encontrados. Cuán importante hubiera sido la datación de la cerámica para ver el periodo de ocupación y establecer una documentación decente de este hallazgo. Lothrop dice que no dan la ubicación porque existe la posibilidad de que hallan más objetos y la llegada de los huaqueros (es decir los huaqueros le tienen miedo a otros huaqueros).

La fuente anónima indica que los objetos de la Tumba 1 fueron enviados a Roma y PARTE comprados por la Colección Bliss. Luego al museo de Dumbarton Oaks en Washington D.C. recibe estos objetos. Encontré que en el catálogo de la Colección Bliss de 1963 (Publicado después de la muerte del fundador Robert Bliss, coleccionista de arte precolombino, en 1962) se encuentran solamente 9 objetos de oro del diquís. Tres de ellos fueron adquiridos por Robert Wodds Bliss el 14-08-1956 en los Ángeles California del coleccionista Earl Stendahl (conocido comerciante de arte precolombino).  En el Museo Dumbarton Oaks se muestran actualmente solamente 5 objetos.

De la Tumba 2, de un total de 88, 87 objetos fueron comprados por el museo de oro (por lo menos recuperamos una parte del botín).  Por tanto, se tiene referencia de un total de 91 a 97 objetos de oro encontrados como mínimo, si sumamos los de la colección Bliss. Hagamos algunos cálculos para ver la importancia de este hallazgo encontrado solamente en dos tumbas en Costa Rica. El total de la colección del museo de oro es de 1400 objetos. Lo encontrado en la Tumba 2 representa un 6% del total del museo de oro. En 1887, Juan Ramón Rojas Troyo dueño de un beneficio de café en Aguacaliente de Cartago, en una vasta necrópolis recuperó tan solo 100 objetos de oro.

Como la descripción que realiza Lothrop es insuficiente, del más importante hallazgo encontrado en Costa Rica (en cuanto a cantidad de oro), pero sin documentación y huaqueado, nunca sabremos cuál fue el total de objetos encontrados. Si bien es cierto que lo que posee Dumbarton, proveniente de la colección Bliss es poco, no se sabe lo que pasó con el resto que se llevó a Roma ni que había en la tumba 3 llamada pequeña. Suena por demás muy extraño que los objetos fueron a Roma y no directamente a Earl Stendhal por vía San José- los Ángeles (sobre todo que fue la UFCO la que realizó la venta o alguien de ella).
Figura 15. Objetos de oro canquerrique en la colección Bliss y en el Museo Dumbarton Oaks. 
Fotos en blanco y negro de la colección Bliss y en color del museo. Cuatro objetos del museo fueron comprados efectivamente en 1956 (9 en total).

Figura 16. Muestra de objetos de oro hallados en Finca 4, sector 23 en 1956 (pertenecen al Museo de Oro de Costa Rica.

No, no son esferas perfectas¹º


Realicé una investigación sobre la esfericidad de  las bolas en el siguiente link:

Estudio sobre la esfericidad de las bolas del diquís

Las mediciones más confiables sobre el diámetro han sido realizadas por Lothrop y luego por el Laname (Instituto de la Universidad de Costa Rica) Esta última institución utilizó un escaneo láser para desarrollar un modelo 3D. El problema que tuvo esta medición fue que la base de la esfera no fue visible para este escaneo. Se estudió la esfera de la Universidad de Costa Rica en la facultad de agronomía.

Es posible medir la esfericidad utilizando las siguientes variables:
1- Medir el volumen de la esfera y el área. El escaneo 3D da como resultado esas variables de forma indirecta y con el uso de un software como lo reportó el Laname. A partir de los puntos escaneados se pueden calcular. La esfericidad se obtiene al comparar el área que se obtiene del volumen medido considerando una esfera perfecta divido entre el área medida. Los resultados de Laname indican una esfericidad de 0.98. Un valor de 1 representa una esfera perfecta, lo que da como resultado un error de 2%. Laname reporta un error mucho más bajo realizando un corte de la esfera modelada y comparándolos con un círculo.

2-Es posible medir en un corte de la esfera el área y luego el perímetro. Con esos datos se obtiene un  factor  llamado circularidad.

3-También con un corte de la esfera se mide el perímetro (circunferencia) y el diámetro. Con esos datos se calcula un factor llamado redondez.

El método que desarrollé para medir estos factores se basen en la toma de fotografías de la esfera y luego las mediciones del eje vertical, horizontal y del área. Se toman cuatro fotografías en las direcciones norte, sur, este y oeste de forma oblicua. Lo anterior para evitar la base. La redondez es el factor más sencillo de calcular pues es la relación entre el diámetro vertical y el horizontal. Para la circularidad se obtiene el perímetro a partir de la medición gráfica del área. Para la esfericidad, que es el parámetro más demandante en cuanto a mediciones, se supone una figura geométrica tipo esferoide. Se calcula su área y volumen con los parámetros del diámetro de los ejes horizontales y verticales. En el link mencionado de mi estudio puedes encontrar mayores datos del tema si te interesa.

Figura 17. Mediciones realizadas por Lothrop en 1948.
Al fotografiar la esfera en un ángulo superior de la horizontal, produce una silueta. Si la bola es esférica debería ser circular esta silueta. Lothrop (y Laname) ha sido el único arqueólogo que conozco que hizo mediciones exhaustivas para verificar la esfericidad.  Para ello, el midió la circunferencia horizontal y luego en cuatro direcciones. Acá se muestra las mediciones en la dirección este y oeste.

Figura 18. Método fotográfico para obtener la esfericidad de una bola.
Vista de la cara este de la esfera de la facultad de agronomía (UCR) y procesamiento para obtener los ejes horizontal y vertical, así como el área.

Conclusiones: Son muy pocos los arqueólogos que han realizado mediciones exhaustivas y precisas. Entre ellos Lothrop y recientemente el instituto Laname de la Universidad de Costa Rica. Realicé mediciones en la esfera de la facultad de Agronomía en la UCR y de la esfera que se encuentra en el jardín del Museo Nacional. En estos dos casos, yo realicé las fotografías. También probé mi método con fotografías de esferas tomadas en museos. Sin lugar a dudas, el ojo humano puede detectar la esfericidad de las bolas. Por ejemplo, la de la UCR sin duda es una escultura que parece casi perfecta y por el contrario la del Museo en ciertas vistas se asemeja a una esfera y en otras es un "huevo", es decir un esferoide. Mi método cuantificó un 0.98 de redondez para la esfera de la UCR y 0.94 para la del museo.

Las bolas en algunos casos (que no son tantos) se aproximan a una geometría esférica con una redondez de 0.98. 

El pueblito de las pilas, ¿una clave para resolver el misterio?

Figura 19. Evidencia arqueológica en el pueblo las pilas. Bolas, petroglífos y posibles sitio de cantera.




 El pueblito de las pilas (que puede ser el mismo visitado por Thiel y donde se encontró el búho, se encuentra al noroeste de palmar norte (a unos 2 km)). Lleva el nombre de las pilas debido a los huecos de todo tipo realizados en las piedras del río. Este pueblito podría ser clave para entender mejor al pueblo canquerrique. El programa más que noticias (del canal 7) lo visitó y se observaron 3 elementos importantes. Uno: las bolas que esculpieron en tamaños pequeños (15 cm) y grandes (cerca de 1.4 m). Dos: los huecos en las piedras del río que bautizaron al pueblo como pilas. Tres, la presencia también de petroglifos. Es especulativo decir que las canteras de las bolas fueron las piedras del río. Pero es una posibilidad. Otro apartado son los petroglifos que yo considero podría ser una forma de escritura. Siempre me han parecido garabatos, pero en Costa Rica existen muchos petroglifos cuyo significado nos escapa.

CONCLUSIONES FINALES

1-El principal motivo de las esferas fue espiritual y/o religioso debido a que estas esculturas comprendieron tamaños desde unos 15 cm hasta 2.66 m. Por lo tanto, la forma esférica es lo importante, NO su tamaño y se relacionó con sus creencias espirituales. El hecho de que se han observado esferas funerarias y marcando cementerios refuerza lo anterior. La forma esférica presenta la menor área dado un volumen e infinitos planos de simetría sobre su eje.

2-Pasados los años pasó a ser una representación artística de su cultura. Esferas de gran tamaño ocuparon áreas públicas. Esferas no tan grandes (1 m) al lado de rampas en viviendas (Finca 4-2 y Finca 6).

3-No son esferas. Se aproximan a esta geometría. En algunos casos se observa a simple vista que no llegaron a ser esferas. No obstante, hay casos especiales en que se aproximan con un 0.98 de redondez (1 es la esfera perfecta). En su superficie se nota que fueron esculpidas martillando y muchas tienen un pulido excepcional.

4-No hay miles sino unas pocas (300 a 400). Y dentro de ellas una minoría presenta una gran belleza y simetría que debe conservarse. 

5-Es posible que los canquerrique existieran ya como un grupo organizado alrededor del 300 a.c. y luego se empezaran a eclipsarse por el 800 d.c. hasta su desaparición. Incluso que los Borucas ya no los encontraran al llegar a Costa Rica por el año 1000 d.c. 

6-Fue un pueblo organizado con la logística necesaria para esculpir y trasladar esferas de gran tamaño. Esculpieron formas antropomórficas, metates etc. Desarrollaron la metalurgia y la alfarería. Navegantes que llegaron a la isla Caño. Agricultores que no conocían el maíz y que cultivaban las verduras, incluido el pejibaye. Cultura con rangos y tareas especializadas.  Es probable que los caciques o chamanes tendrían derecho a las esferas y a los objetos de oro. Otro rasgo importante fue que participaron en guerras como lo muestran sus esculturas con cabeza trofeo (y estas guerras podría haber sido su fin). Consolidaron una cultura milenaria con rasgos propios como fueron sus esferas y figuras antropomorfas rectangulares. Una religión que se expresó a través de la esta geometría esférica.

6.Tuvieron intercambios con la zona denominada hoy huetar con el eje Aguacaliente-Mercedes-Guayabo .

 

Bibliografía

 

1-H.Polakowsky. (1982). Antigüedades de Costa Rica. Anales del Instituto Físico-Geográfico y del Museo Nacional.

Juan Ramón Rojas Troyo describe su colección al Naturalista alemán Polakowsky. Esta colección será donada al Museo Nacional debido a la muerte de Rojas. Se establece el hallazgo de bolas en Agua Caliente de Cartago. Las bolas fueron expuestas en la exposición nacional en San José de 1886 y también en Madrid (1892, Histórico Nacional)
 2
2-Jorge Lines y Conchita Turnbull.  Informe de la expedición arqueológica Turnbull-Lines en la región brunka. Enero-Febrero 1938.
 
Hernán Ulloa (concesionario) invita a Lines a explorar Isla Caño junto con Conchita (esposa de un funcionario de la United en Honduras y que había sido iniciada en la arqueología por Doris Stones Z.). Jorge Lines fue el primer profesor de arqueología de la Universidad de Costa Rica. La isla abarca unas 400 ha, con accesos muy empinados y muchos riachuelos, rodeada de leyendas de tesoros de piratas y ricas huacas e ídolos. Palmas, helechos y árboles de mastate conforman parte de su flora. Encuentra fragmentos de cerámicas, los ídolos antropomorfos de piedra y los metates con cabeza de jaguar. Observa bolas de piedra, con un diámetro de 10 a 70 cm, basálticas o de mollejones, traídas desde el continente (añade a grandes costes). En algunos casos las encontró en tumbas a 1 m de profundidad (añade fue una gran sorpresa este hecho).
Cerca de ciudad Cortés encuentra hasta 70 metates con cabeza de jaguar y una gran cantidad de los conocidos ídolos antromorfos (Fig. 2), restos de cerámica (mono y poli croma) y ejemplares completos cerca de Ciudad Cortés. Insinúan que por el número de metates esta zona debió ser un taller. Luego describe en ambas márgenes del río Térraba las bolas de piedra y anota un tamaño máximo de 2 m y el hecho de en muchos emplazamientos no hay material granítico para esculpirlas por lo que se deduce un transporte y logística importante.  Sugiere que las bolas son marcadores de sitios sagrados (como cementerios). Idea que luego apoyaría Doris Stone Zemurray. También se intriga sobre una esfera perfectamente partida a la mitad.
 
3-D. Stone Zemurray. (1943). A Preliminary Investigation of the Flood Plain of the Rio Grande de Térraba, Costa Rica. American Antiquity, 9 (1), 74-88.
 
4-D. Stone Zemurray (1949). Los borucas de Costa Rica. Papers of the Peabody Museum of American Archaeology and Ethnology, Harvard University, Vol 26, N° 2.

5-Doris Stone Zemurray. Apuntes sobres las esferas grandes de piedra halladas en el río Diquís o Río Grande de Térraba en Costa Rica. Informe interno al Museo Nacional de Costa Rica. 1954 (Boletíno informativo MNCR, Año 1, N° 6).
 
Establece que borucas fueron conformados por una serie de pueblos {Borucacas, Borucas, Turucacas, Cotos}. La evidencia no muestra si alguno de estos pueblos que ocupan la zona de las bolas son los escultores. La mayor esfera que observa en el delta la reporta con un diámetro de 2.14 m y un peso 13.5 ton. Tal vez relacionadas con la Fig. 2 y podría ser la misma descrita por Lothrop. Esta esfera es la mayor reportada y no se sabe si corresponde a alguna del par gemelo del Colegio de Palmar Norte (que también sería la misma que observó Stirling en su corta visita en 1964). Las bolas las reporta con diámetros de unos cm hasta los 2.14 m. Cerca de montículos, en configuraciones de: 2, 3, (4 y 1), 5 y 14. Rodeadas con esculturas de animales y antromorfas (Fig. 3). En la Finca 7 describe 10 esferas (1.52 m a 1.7 m) y luego la misma de 2.14 m. Las 10 esferas se encuentran en pares, pero sus centros no son colineales con una ligera orientación este-oeste. Doris S. Z. propone que el material en bruto es llevado al sitio final, allí es esculpido usando un marco de madera al eliminar el exceso de material respecto a una bola y luego fueron pulidas con otras piedras. Nota que las bolas grandes tuvieron una base o plataforma de guijarros. Acá podemos hablar de esferas in situ. 
Es llamativo que Doris S. Z. reporta esferas pequeñas en el valle central y litoral norte (¿cómo las de Troyo?). Es decir, en la zona llamada huetar fuera del pacífico oeste de Costa Rica.
Figura 20 Doris Stone Zemurray.
  Alrededor de 1935 en Honduras durante sus exploraciones arqueológicas.
Sobre el propósito de las esferas grandes indica que es difícil saber su propósito, pero señala que esferas con diámetros cercanos a 1 m (0.9 a 1.21) fueron usados para delimitar los panteones.
Acompaña el informe con las siguientes fotografías. Es probable que estas fotos sean de 1939 cuando D.S.Z. llegó a Costa Rica y deben correspondes a las bolas de 1 m. Parecen estar sumergidas en un bosque y no en un bananal.


6-E. Lothrop. (Sep. 1955). Mystery of the Prehistoric Stone Balls, Natural History.

En esta publicación Elenor Bachman realiza un relato sobre las bolas de piedra que junto a su esposo observaron en 1948. Lothrop publicará hasta el año 63 su reconocido trabajo Arqueología del Diquís. Este relato tiene muchas imprecisiones. En el título ella llama a las esferas como prehistóricas (al igual que a los escultores) lo cual es un error pues se conoce con certeza que datan del 500 A.C al 1500 D.C. También indica que en 2 meses estudiaron 60 bolas pero que es probable que fueran miles. Se sabe que existen unas 300 a 400 de tamaño y de una calidad muy variada (en cuanto a simetría). Indica que estas esferas estaban en su sitio original y muchas enterradas. De hecho, es imposible saber esto (a menos que sí tuvieran la base de guijarros donde fueron colocadas). Lothrop aprovecha este artículo, pues su antología será publicada 8 años para publicar, la configuración de 6 esferas agrupadas en dos triadas. Es de resaltar que el esquema NO se encuentra a escala.
 
Elenor Lothrop (Bachman) acompañó su esposa en diversas excavaciones en Chile, Perú, Panamá y Costa Rica.

7-S. K. Lothrop. (1963). Archaeology of the Diquís Delta. Papers of the Peabody Museum of Archaeology and Ethnology, Harvard University. Vol. LI. Cambridge, Mass.

En 1948, Lothrop se encuentra excavando en Filadelfia pero debido al peligro en la frontera con Nicaragua (debido a la guerra civil del 48) se traslada con su esposa a San José. El manager de la UFCO y Doris Stone lo contactan para que vaya a la zona bananera del pacífico a investigar las bolas de piedra. En 1954, Eleanor Bachman publica sus impresiones y luego hasta 1963 Lothrop su extensa investigación sobre los canquerrique. Analiza cerámica, estatuaria y oro. En esa época aún no estaba a punto la datación por carbono 14, uno de los pocos vacíos de esta extensa investigación. Estuvo a metros de encontrar las famosas 3 tumbas de la Finca 4 y sector 23.

8-A. Badilla, I. Quintanilla y P. Fernández. (1997). Hacia la contextualización de la metalurgia en la subregión del Diquís: El caso de la Finca 4. Boletín del Museo de Oro N°42. Enero-Junio 1997.

9-Elías Zeledón Cartín. (2003). Crónicas de los viajes a Guatuso, Talamanca del Obispo Bernardo Augusto Thiel, 1881-1884. Editorial de la Universidad de Costa Rica.

10-Mario Llosent Rescia. (2018). Discussing the mystery of the Costa Rica ball stones. Can we call them spheres? Who sculpted them and what was it purpose? The Canquerrique enigma (s.f.). Recuperado de https://fikismatica.blogspot.com/2018/11/discussing-perfection-of-costa-rica.html

11-Mathew Stirling y Marion Pugh. (1993). Investigaciones Arqueológicas en Costa Rica. Editorial del Museo Nacional de Costa Rica.

El arqueólogo Stirling (conocido por descubrir e investigar algunas de las cabezas olmecas así como las esferas de México (supuestamente de origen natural)) realiza una expedición en 1964 en Costa Rica de la Natgeo. Hasta 1993 se publica un resumen de sus trabajos después de la muerte de Stirling por parte de su esposa Marion. El trabajo se centra en la zona llamada línea vieja (o del Atlántico) y realiza una visita rápida al Diquís, a la finca 7 donde supuestamente habían descubierto tras una limpia de terreno varias esferas de piedra. Allí Stirling se toma unas fotografías muy conocidas junto a una esfera grande (mayor de 2 m). Reporta un total de 11 esferas con diámetros de 1.52 m a 2.40 m en un radio de 90 m. Se nota el impreciso método que usó para medir las bolas utilizando simplemente una cinta métrica. Es probable que no contempló en principio en su expedición la región del Diquís y fue un hallazgo casual que aprovechó.  Stirling indica que algunas estaban semi-enterradas y no habían sido reportadas. Es sabido que Doris S. Zemurray reportó 11 esferas en la Finca 7 de 1.52 m a 1.7 m y una onceaba de 2.14 m. No se sabe con certerza si algunas esferas de Doris son las mismas de Stirling. Llama la atención que actualmente no existe ninguna esfera reportada de 2.40 m. Tanto Lothrop como Doris S. Zemurray reportaron en la planicie un tamaño máximo de 2.14. Siendo la mayor de 2.66 m de diámetro en el Silencio. Es una pena que este hallazgo (si realmente lo era) no se detalló con esquemas y mediciones más precisas.

12-Doris Stone Zemurray. (1966). Introducción a la arqueología de Costa Rica. Museo Nacional de Costa Rica.
 
13-Clyde Stephens. The stones balls of Palmar Sur, www.biologiezentrum.at (o revista Stapfia, vol. 88, págs. 631-633, 2008).



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